miércoles, 7 de noviembre de 2007

30 minutos

Una copa mas de lo que sea que estoy tomando, dijo, mientras se secaba disimuladamente la lagrima que caía de su ojo derecho y desvió la mirada hacia el techo del bar con la esperanza estúpida de que la lagrima no caiga y regrese al lugar de donde vino, fijo la mirada en mi y trato de sonreír hipocritamente; como estas? que sucede? le dije, lo de siempre asintió, mi corazón se engaño con falsas esperanzas de haber encontrado a la mujer de mi vida y la historia se termino, como una puerta asotada en las espaldas de un perdedor, la mujer de mi vida, una frase recurrente que se oye en los labios de todos aquellos hombres que terminan una historia de amor sin saber si lo que dejan es la mujer con la que debían morir o una mujer mas en la larga historia de aventuras y desventuras; y porque termino ? pregunte, por mi culpa, nunca supe como demostrarle lo que sentía por ella y ella jamas pudo entender que no lo podía hacer, sonreí disimuladamente sin entender lo que me había dicho pero tratando de comprender, por eso de la solidaridad de genero, era una gran mujer con muchos ideales y una gran personalidad, hermosa como ninguna, nos complementábamos en todo sentido y juntos eramos una pareja envidiable; y entonces? simplemente termino nos concentramos tanto en ser perfectos que nos olvidamos de amarnos y jugar con nuestro amor y nuestras vidas .

Un trago remojo su boca seca por el llanto y sus lagrimas volvieron a caer sobre la barra, se termino la historia mas hermosa de mi vida se termino, y es que es tan dificil entender a un hombre que preferiría dejar su vida de lado el momento que la persona a quien ama se despide.

Sorbí el ultimo trago de licor que quedaba en mi vaso, vi por ultima ves su rostro lleno de lagrimas y con una expresión de desprecio por si mismo, suspire con un poco de comprensión pero lleno de lastima por aquel amigo mio, intentando consolarlo sin argumentos validos, me levante de aquella barra pensando en todos aquellos que teniendo una gran mujer no la saben valorar correctamente y en todas aquellas mujeres que por errores grandes o pequeños sentencian el final de un gran amor, sin entender que el verdadero amor no es perfecto, pague mi cuenta y me retire del bar seguido por todas las miradas atónitas de aquellos que pudieron entender o creyeron loco a este pobre hombre que paso hablando con su reflejo en el espejo del bar por los últimos 30 minutos.

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